Hagamos de la escuela un gran Hacklab

David Fernández
3 min readMay 2, 2014

El pasado 20 de abril el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri junto con su Ministro de educación Esteban Bullrich, hicieron público el convenio con Codecademy, mediante el tweet “Vamos a hackear la educación”. Mediante este convenio, según lo comunicado en la fan page del alcalde porteño, será posible que

“…todas las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, y todas las escuelas argentinas, y cualquier persona que lo desee, de cualquier edad, realicen gratis los cursos online creados por esta academia para aprender a escribir lenguajes de programación”.

Más allá de que se haya exagerado sus limitaciones territoriales y del mal uso del término del jargon file “hackear” para describir su visión de una educación a futuro (el término es usado para describir un trabajo rápido pero no necesariamente bien hecho), cabe destacar que el uso de este cliché para tratar de estar a tono con los cambios sociales y culturales que estamos viviendo denota el exceso de marketing y el vacío de gestión política en educación. Cualquier persona en el mundo con acceso a internet puede llegar al sitio de Codecademy y aprender a programar. Este convenio sólo institucionaliza los programas del proyecto, pero el acceso siempre estuvo a disposición de cualquier persona.

Por otro lado, difícilmente podamos hablar de cambio en la educación enfocada a las TIC, cuando por parte del Ministerio de Educación no se obliga a los docentes a capacitarse para el Plan Sarmiento, siendo éste optativo. Asimismo, el enfoque del Plan Sarmiento hacia el uso de software libre en los equipos es prácticamente nula. Éstos cuentan con dual boot pero, por una falta de soporte en la placa wifi sobre los sistemas GNU/Linux, los alumnos no pueden hacer uso del wifi en sus netbooks, viéndose obligados a utilizar Microsoft Windows para acceder a internet. Miembros de la cooperativa GCOOP se ofrecieron a crear el controlador gratuitamente, pero no tuvieron respuesta alguna.

Foto Obtenida de http://demasiadoalup.com.ar/?p=926

El uso de software libre en la educación permite un ahorro en el pago de licencias por parte del Estado y, en consecuencia, un mejor manejo de los recursos económicos. Asimismo, el uso de software propietario genera una dependencia del alumno hacia una tecnología en particular. Los sucesos del caso Snowden demuestran el espionaje y los males que produce el uso de programas de código cerrado; es por eso que no podemos seguir fomentando su uso.

Querer fomentar la programación en los chicos, pero no permitir el acceso al código fuente de los programas que utilizan es una piedra en su aprendizaje, porque para ser buenos programadores es necesario leer código ajeno, de modo de mejorar las prácticas de programación. Permitir que los alumnos compartan sus códigos permitiría mejorar los lazos de compañerismo y cooperación, y lo cierto es que necesitamos educar ciudadanos que entiendan y realicen más actos de cooperación para crear una sociedad más justa y equitativa. No necesitamos educar a los niños para que sean futuros empresarios, como terminaba el texto del anuncio “¿Quién sabe dónde vive ahora el próximo Steve Jobs?”, necesitamos seguir un modelo de personas como Wozniak, Dennis Ritchie, Rirchard M. Stallman y muchas más que permitieron revolucionar la computación, pero manteniendo y promoviendo mejores valores para la sociedad.

Formemos hackers, no empresarios.

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